Cuando acudí a la Asociación, yo estaba tan vacía que sentía como el viento me atravesaba.
Con el paso del tiempo y de las reuniones, ese vacío comenzó a llenarse de nuevo de sueños e ilusiones, comencé a averiguar quién era yo y cuál era mi vida.
Mejoré, cuando me di cuenta que vivir para los demás en exclusiva era renunciar a quererme a mí misma.
Deje de temerle a la soledad, el apoyo y el cariño de mis compañeras fue decisivo para recuperar mi autoestima sobre todo una de ellas que supo regalarme su compañía y su apoyo incondicionalmente, ella me cogió de la mano y no la soltó hasta que pude de nuevo comenzar a caminar por mí misma. Las historia de mis compañeras me ayudaban ha superar mis miedos y fobias.
Así martes a martes recupere lentamente mi vida, con fuerzas nuevas y mi gran amiga encontré mi camino, volare lo que tenia, me sentí afortunada y agradecida por conocer a ese grupo de mujeres en el año 1997.
Fue lo mejor que me ha pasado en la vida y seguir este año 2009 entre las mismas y otras nuevas es lo mejor que me pasa cada martes.
Gracias compañeras, gracias Carmen Fernández, tú eras esa amiga que llega cuando todo el mundo se va. Laura
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