domingo, 3 de abril de 2011

FELICIDAD INMENSA



Al amanecer del día 17 de febrero de 1975, Lucia se sintió molesta, tenía dolores raros, empezó a controlar el tiempo entre contracción y contracción: 20 minutos aguantó hasta por la mañana para ir a la clínica San Camilo.
El ginecólogo la reconoció y quedo ingresada porque estaba de parto, estaba nerviosa, pues era la primera vez que iba a ser madre.
Como no la habían hecho ninguna ecografía no sabia el sexo del bebe, por tanto la primera ropita era blanca. ¡Con que ilusión había comprado toda la canastilla!
Fueron bastantes horas de dilatación “y a pelo” porque no ponían epidural, pero ella solo pensaba que el bebe estaba llegando.
Fue el doctor a la habitación, en ese momento Lucia tenia una contracción e intento agarrarse a la cabecera de la cama, como la había aconsejado su tía que la acompañaba junto con su marido;
Él medico la dijo:
-¡No haga eso!, porque sube al bebe para arriba, agarresé  por debajo de las rodillas.
Ella le obedeció e hizo fuerza, noto como una explosión en su vagina y exclamo:
-¡Ha salido la cabeza!
-¡no puede ser!, dijo el medico
Su tía echo la sabana para atrás y la cabecita del bebe estaba entre sus piernas.
¡Que nervios el medico!
Arrancó el mandil de la enfermera, giro la cabecita y termino de salir el bebe.
¡Era un niño precioso!
Lucia, era inmensamente feliz. El llanto de su hijo era lo más bonito que había escuchado en su vida
El medico comento:
-¡Nunca antes me había pasado esto!
Otras dos veces he vuelto a sentir esa felicidad.
Para ella parir  a sus hijos, ha sido lo mejor que la ha pasado en la vida, no hay nada que se le parezca.

Fin

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